‘El Oso Yogui 3D’ llega hoy a las salas de cine de España

El entrañable Oso Yogui y su escudero BuBú han dado el salto a la gran pantalla en tres dimensiones. Se trata de una película que mezcla las imágenes generadas por ordenador en 3D con la acción real. Ahora los espectadores podrán divertirse con las aventuras del ladrón de cestas de picnic que opera en el Jellystone. En esta ocasión, el Oso Yogui y Bubú tendrán que aliarse con Smith, el guarda del parque, para impedir que el pérfido alcalde Brown recalifique el terreno y los expulse del único hogar que han conocido.

Esta producción de la Warner es una película para todos los públicos, ideal para compartir una tarde de cine con los hijos o con los sobrinos. Toda ella se ha rodado en 3D con las tecnologías de imagen estereoscópica más recientes. Los técnicos colocaron las cámaras en la copa de los árboles e incluso las sumergieron en el torrente de un río. Para recrear la perspectiva del Oso Yogui cuando se lanza desde un planeador para robar comida a unos excursionistas, tuvieron que colgar las cámaras de una grúa de sesenta metros. Y eso que el sistema con las dos cámaras, una para la imagen del ojo izquierdo y otra para la del derecho, pesa casi cuarenta kilos.

En la versión original, Dan Aykroyd pone la voz al Oso Yogui, mientras que el cantante Justin Timberlake hace lo propio con BuBú. El director de la cinta es Eric Brevig, todo un veterano curtido en el campo de los efectos visuales en películas de ciencia ficción como «Desafío total» y «Viaje al centro de la Tierra». Todos los exteriores se rodaron en localizaciones de Nueva Zelanda. Los bosques neozelandeses necesitaron algunos retoques para convertirse en Jellystone; se añadieron árboles de vivero para mezclarlos con el bosque de coníferas, además de helechos y varias capas de hierba y musgo.

Este viernes día 18 de febrero se estrena en España El Oso Yogui, que en salas de cine seleccionadas podrá verse con gafas 3D, aunque también hay cines que ofrecen proyecciones tradicionales en dos dimensiones. Este popular personaje de dibujos animados, cuyo lema es «la vida es como un picnic», nació en 1958 en la factoría Hanna-Barbera. En nuestro país, hubo que esperar hasta la década de los setenta para que la serie de animación se emitiera en televisión.

El Oso Yogui. Todo por una tarta

Con claras intenciones comerciales, intentando atraer a nostálgicos y nuevo público, llega a la cartelera una versión en imagen real de ‘El oso Yogi’, el mítico plantígrado ladrón de cestas de picnic. Sólo el personaje animal y su inseparable colega Bubu están generados por ordenador, incrustándose la animación en las secuencias rodadas con actores, nombres habituales en el género de la comedia, entre ellos Anna Faris, la reina de la saga ‘Scary Movie’.

Esta nueva adaptación de los dibujos animados clásicos de Hanna-Barbera viene además en formato 3D, un reclamo que, no nos cansamos de insistir, no siempre da lo que promete. Dirige esta versión adaptada a los tiempos que corren Eric Brevig, un experto en efectos visuales que se pone detrás de la cámara por segunda vez tras la decepcionante ‘Viaje al centro de la tierra’, que también ofrecía un show (pobre) en tres dimensiones.

En la versión original -filmada en Nueva Zelanda-, un peso pesado de la comedia, Dan Aykroyd, granuja a todo ritmo y cazafantasmas, pone la voz al famoso oso Yogui, mientras Justin Timberlake hace lo propio con el divertido Bubu, su parlanchín compañero de fatigas. El parque de Jellystone es el escenario, faltaría más, de las peripecias de la pareja de desvergonzados osos. Debido a la falta de visitas están a punto de cerrarlo, pero la pareja protagonista se pone manos a la obra para atraer al público. No están dispuestos a dejarse expulsar de su hogar sin más ni a quedarse sin su alimento habitual. El robo de tartas y otras viandas es su pasatiempo favorito, un modo de subsistir fundamental que no puede acabarse sin más. La sucesión de trastadas y situaciones rocambolescas es de imaginar. Todo sea por salvar, ante todo, el buche.

Yogui siempre ha confiado en su ingenio y su rapidez para escapar de los enfadados visitantes del parque y esquivar al agente Smith. Pero tanto él como Bubu están a punto de enfrentarse a una situación peor que cualquiera que haya provocado Yogui antes. ¡El parque está en venta!

Para cubrir el desfalco que ha hecho en las arcas locales y financiar su campaña, el alcalde Brown tiene planes de vender el parque a las empresas madereras. Eso significa que las familias ya no podrán disfrutar de la belleza de la naturaleza al aire libre y, lo que es aún peor, que Yogui y Bubu serán expulsados del único hogar que han conocido. Situado frente al mayor reto de su vida, Yogui deberá demostrar que de verdad es «un oso más inteligente que la media « uniendo sus fuerzas a las de Bubu y el agente Smith para encontrar una forma de salvar el parque del cierre definitivo.

Entre el reparto de carne y hueso del filme destacan Anna Faris como la directora de documentales de naturaleza Rachel Johnson y Tom Cavanagh en el papel del afable contrapunto de Yogui, el agente Smith. TJ Miller será el diligente segundo de Smith, el agente Jones, Andrew Daly interpretará al maquiavélico alcalde Brown y Nate Corddry es el jefe de personal.

El nombre de Yogui evoca en todo el mundo el recuerdo de la imagen muy concreta de un animal barrigón y goloso con corbata y sombrero, un entrañable rebelde amante de las tartas más inteligente que los demás osos y cuyas trastadas han puesto el parque de Jellystone en el mapa mundi de los dibujos animados.

Hablando con cariño de la ‘estrella’ de su nueva película, el director Eric Brevig comenta: «Siempre me ha gustado Yogui. Hace las cosas a su manera, tiene buenas intenciones, pero no puede dejar de escuchar a su estómago y sus impulsos le dicen que si roba la comida de las mesas lo suficientemente rápido será capaz de escapar con ella. Es como un niño grande, y creo que tiene algo de todos nosotros. Puede que sea un oso, pero muchas cosas de las que hace son intrínsecamente humanas».

Yogui y Bubu son personajes creados por ordenador y totalmente animados que interactúan con un reparto humano en una película que no es de animación en su mayor parte. Su intención era, según Brevig, presentar a «un Yogui y un Bubu que parecieran casi como actores de verdad, con ojos chispeantes y la nariz húmeda, y llenos de calidez y sutilezas, y no sólo como meros dibujos animados. Nuestro director de fotografía, Peter James, los iluminó como a cualquier otro actor. Me ha encantado verles cobrar vida como unos seres totalmente dimensionales».