El español Fernando Alonso (Renault), que este domingo se proclamó campeón del mundo de Fórmula Uno por segundo año consecutivo, declaró que con el desenlace del campeonato «se ha hecho justicia».
«Ha sido muy especial. Teníamos una carrera por delante para ganar, pero había que rematarla. Quiero dar las gracias a todo el equipo por el tremendo esfuerzo que han hecho para lograr los dos títulos», dijo Alonso nada más dejar el podio..
«Se ha hecho justicia. El tiempo pone a cada uno en su sitio. Pese a las decisiones que han tomado esta temporada en contra de nosotros nos mantuvimos unidos hasta el final», agregó.
«He aprendido una lección muy importante, y es que el juego limpio y la educación van por delante de todo en el deporte, y más en la Fórmula Uno», señaló.
Al describir el momento en el que el alemán sufrió un pinchazo que le retrasó en la clasificación al último puesto, Alonso comentó: «En cuanto me enteré bajé las revoluciones del motor porque ya no tenía que forzar el ritmo».
ALONSO, EL ASTURIANO QUE ALZÓ A ESPAÑA A LA CUMBRE DEL GRAN MOTOR
Fernando Alonso (Renault), que ha revalidado hoy, domingo, el título de campeón del mundo de Fórmula Uno, es el piloto que consiguió elevar a España, con todos sus récords de juventud y con este segundo campeonato, logrado de nuevo en Sao Paulo (Brasil), a la cumbre mundial del gran motor.Alonso, nacido hace 25 años en Oviedo, se convirtió en un niño prodigio poco después de que su padre, José Luis, le subiera al «kart» que él mismo había construido para su hermana mayor, Lorena, y que ésta prefirió no usar.
Después de ganar las primeras carreras infantiles, su Asturias natal empezó a quedársele pequeña y Fernando siguió ganando en competiciones disputadas fuera de su región, en otras comunidades autónomas, como Castilla-León, País Vasco y Galicia.
Fueron años difíciles para que una familia de clase media pudiera sufragar los costes de un deporte tan caro como el del motor.
Niño prodigio
Pero como el niño tenía un talento extraordinario y un enorme carácter competitivo, a los doce comenzó a pilotar fuera de España, gracias a que sus triunfos daban entrada a pequeños patrocinios que mantenían viva la ilusión del joven asturiano que deslumbraba en el kárting, primero en el plano europeo y luego en el mundial.
Durante los primeros años contó con la ayuda de Ginés Marco, pero toda su carrera ha sido supervisada desde el principio por su padre, el hombre que supo educar un hijo a la vez que fabricaba un campeón y al que hace años algunos de los que ahora le piden favores le daban la espalda.
A los 16 años Alonso se proclamó campeón mundial de karts, en Genk (Bélgica). De la mano de Adrián Campos comenzó a brillar en la Nissan y también lo hizo en la Fórmula 3000, categoría en la que sus excepcionales condiciones de pilotaje y su victoria en Spa (Bélgica) le dieron el espaldarazo definitivo para dar el salto a la Fórmula Uno.
Primer paso: Minardi
Se fijaron en él en Minardi, escudería en la que quedaron boquiabiertos cuando Fernando probó con ellos. Sin embargo, la escudería estuvo a punto de desaparecer por problemas económicos. Fue cuando entró en escena Flavio Briatore, que compró el contrato del genio astur y le cedió a la escudería más humilde de la F-1, que entonces ya había adquirido el magnate australiano Paul Stoddart.
Acostumbrado a optimizar los recursos que ponen a su disposición, a bordo de un Minardi, Fernando llegó a ser décimo en Hockenheim, el día que cumplió 20 años. Luego llegaría el año de probador en Renault, en el que supo sufrir en soledad, pero con paciencia. Y en 2003 Alonso sólo tardó dos carreras en irrumpir en el primer plano internacional.
Fue en Malasia, donde se convirtió en el más joven en salir de la «pole» y en subir al podio, dos semanas antes de confirmarse, precisamente en Sao Paulo, con una nueva tercera plaza.
Legión de seguidores
La «alonsomanía» brotó en Barcelona, en el Gran Premio de España, en el que fue segundo, en una campaña en la que también batió en ese momento el récord de precocidad en marcar la vuelta rápida -en posesión ahora del alemán Nico Rosberg- y que coronó con su victoria en Budapest, donde entró en la historia como el más joven en ganar un Gran Premio, a los 22 años y 27 días.
La temporada 2004 añadió cuatro podios y la pasada explotó definitivamente a bordo del R25, que fue muy rápido al principio de la temporada y extremadamente fiable al final. Con siete victorias y quince podios, su dominio fue incontestable y en Sao Paulo, ciudad natal de Emerson Fittipaldi, batió un nuevo récord.
Se convirtió en el único español y el más joven de la historia en ganar un título mundial de Fórmula Uno. 24 años, un mes y 27 días. Un récord que podría perdurar incluso más tiempo que el del paulista de las grandes patillas, que lo mantuvo hasta ese día desde 1972.
Quería repetir
Esta temporada la arrancó de forma sensacional, ganando seis de las primeras nueve carreras -Bahrein, Australia, España, Mónaco, Gran Bretaña y Canadá, donde alcanzó su ventaja máxima, de 25 puntos, sobre el alemán Michael Schumacher, séptuple campeón mundial y que mantuvo la pugna por el campeonato hasta hoy.
A Brasil llegó con un triunfo más -el de Japón- y cinco segundos puestos (Malasia, Europa, Francia, Turquía y China), después de superar la crisis motivada por diversos errores de su propio equipo y varias decisiones polémicas de la FIA, la más sonada, la de Monza.
Hoy en Interlagos, a Alonso le bastó ser segundo por detrás del brasileño Felipe Massa (Ferrari), mientras que Michael Schumacher, obligado a ganar y que el asturiano no puntuara, finalizaba en cuarta posición, eso si, tras una espectacular carrera que le llevó de la vigésima a la cuarta vuelta, tras un pinchazo en los compases iniciales de la carrera.
Noble dentro y fuera de las pistas, Alonso va de frente y dice habitualmente lo que piensa, aunque no siempre guste a todos. No reniega de sus orígenes y ejerce de asturiano. Mantiene a los amigos de toda la vida y si hay algo que no soporta es que le molesten en su intimidad.
Como piloto es agresivo y desde el principio mostró una inusitada madurez para su edad. Calculador y muy inteligente, Alonso es un deportista extraordinario y, para algunos, un campeón diferente y genial.
Alonso, eres un máquina, enhorabuena.
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