Se estrena «Golpe de Efecto» en España

Cuando Amy Adams y Justin Timberlake actuaron por primera vez junto a Clint Eastwood en «Golpe de Efecto» («Trouble with the Curve») eran un manojo de nervios porque para ambos significaba estar frente a una leyenda viviente del cine.

A ella de nada le sirvió ser una de las actrices de moda en Hollywood, tres veces nominada al Óscar, ni a él ser un músico ganador de seis premios Grammy que luego emprendió con éxito el reto de ser actor, pues aún con todas esas credenciales los dos se sintieron intimidados y ansiosos.

«En la primera escena en la que actué a su lado tenía que mandarlo al diablo, entonces tuve que superar la idea de que estaba frente a una leyenda viviente del cine. Estaba aterrada. Después de esa escena, no le volví a hablar por pena durante todo el día», confiesa Adams en entrevista desde Los Ángeles.

A su lado está Timberlake, quien sonríe cuando escucha lo que dice su coprotagonista sobre este drama que retrata un conflicto paterno- filial entre Gus (Eastwood) y Mickey (Adams), que tiene como telón de fondo el béisbol.

«Bueno, Amy. Imagina lo que sentí yo en mi primera escena con él, en la que tuve que someterlo para evitar que tratara de cortarle la cara con una botella a alguien», dice Timberlake y después ríe. «Pensé que tenía que ir y detener al mismísimo Harry ‘El Sucio’ (personaje icónico de Eastwood). Me preguntaba cómo se hace eso. Después me preocupé porque esa escena se podía interpretar que yo estaba asfixiando a un hombre de 82 años».

Pero bastó poco para que Eastwood los hiciera sentirse en confianza.

«Estaríamos mintiendo si decimos que no teníamos una idea de cómo Clint podría ser, porque siempre es un tipo duro en sus películas», explica Timberlake, quien interpreta a Johnny, un joven cazatalentos «Pero pronto descubrimos que él está ahí por las mismas razones que nosotros y estaba igual de emocionado. Él es accesible, es suave, divertido y es bueno estar a su lado».

Un filme especial

En «Golpe de Efecto», Eastwood interpreta a un cazatalentos de béisbol que también es un padre ausente; sin embargo, la vida le lanza un «golpe» cuando él empieza a padecer principios de glaucoma, condición que lo hará un poco dependiente de su hija Mickey, justo cuando ella tiene una gran oportunidad de ascenso en su empresa.

«Me gustó la dinámica de esta historia, que ella esté al borde de una gran oportunidad laboral y él, por su condición física, esté tratando en aferrarse a su trabajo», dice Eastwood, quien a diferencia de su personaje sí está en perfecta forma física: utiliza lentes para leer… pero sólo cuando hay poca iluminación.

«Con mi iPad (en donde acostumbra a leer sus guiones) no necesito las gafas. Dicen que tengo buenos genes. Mi madre vivió hasta los 97 años, pero mi padre falleció más joven. No hay ninguna garantías en este juego. Creo que el secreto es comer bien, hacer ejercicio y el resto está en manos del destino».

La razón por la que Eastwood decidió regresar a actuar después de cuatro años sin interpretar a un personaje es porque significaría el debut de Robert Lorenz, quien desde hace 18 años es su director asistente de la segunda unidad de filmación de su equipo.

«Ya sé que siempre digo que voy a dejar de actuar y sólo voy a dirigir, pero de vez en cuando llega un buen rol y bueno… Este proyecto apareció y fue una buena oportunidad para que Robert dirigiera y me gustó el personaje y la historia», dice el director cuatro veces ganador del Óscar.

El miedo es bueno

Tanto Adams como Timberlake piensan que el nerviosismo y el miedo será una constante en sus carreras porque justamente buscan los papeles que le generen estos sentimientos para sentirse desafiados.

«Nunca acepto papeles que pienso que van a ser fáciles para mí, así que siempre llego al set el primer día con nervios. Elijo no estar en una película si me siento demasiado cómoda con el rol. Cada una de mis decisiones como actriz han sido un reto. No es inseguridad lo que debo de sentir para aceptar un trabajo… es sólo que quiero estar en un lugar en el que se me exija al límite», dice Adams.

«Comparto eso con Amy. Esos son los roles que debes de aceptar», agrega Timberlake, «los que te hacen sentir vértigo y desesperación porque de eso te puedes alimentar para hacer buena actuación. Creo que cada papel te debe provocar miedo en cierta medida porque es así como sientes más la responsabilidad del trabajo».

En ese sentido, fue por eso que el cantante de «SexyBack» decidió salir de su zona de confort como estrella musical pop y poner a prueba sus dotes como actor en películas como La Amenaza (2005), Sospechas Mortales (2006) y Red Social (2010).

«Todos dicen que mi carrera como actor despegó muy rápido y no siento eso porque he dedicado mucho tiempo y esfuerzo en mis estudios de actuación. Yo en realidad ensayo las escenas, si uso la analogía del béisbol: yo sí voy a las prácticas, no sólo me presento al juego».

Adams dice que no entiende a las personas que aún cuestionan a Timberlake como actor.

«La primera vez que vi a Justin actuar fue en Saturday Night Live y pensé: ‘Si ése no era un actor nato, yo no sé quién lo es’. Siempre lo he visto como alguien con tres talentos: actúa, canta y baila. Yo vengo del teatro musical y aquí está la verdad: todos los actores quieren ser estrellas del rock», explica la actriz de 38 años.

La actriz pelirroja, quien obtuvo notoriedad por su protagonista en Encantada (2007), dice que su plan, y al mismo tiempo su gran reto, es trabajar tanto como pueda sin afectar su vida familiar con su pareja, el actor Darren Le Gallo, y la hija de ambos, Aviana.

«Sólo espero ser lo suficientemente afortunada para seguir haciendo esto por mucho tiempo. No me permito tomar descansos porque pienso que antes sufrí por conseguir papeles y ahora que tengo ofertas sería tonto no elegir las mejores», señala.

«Lo único que sí quiero es tener un balance entre trabajo y mi vida. No quiero que un día mi familia me haga una intervención y todos con caras serias me digan que tengo un problema: que soy adicta al trabajo».

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