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«El Oso Yogui» se estrena mañana en Argentina

La espera llegó a su fin. Aquellos nostálgicos seguidores de la famosa serie animada de televisión «El Oso Yogui» (página web América Latina), tendrán el jueves la posibilidad de ver al personaje en la pantalla grande y en versión tridimensional. Ese día se estrenará en las salas de Argentina «El Oso Yogui 3D», una película que combina la mejor animación en 3D con actores en carne y hueso, al estilo de la exitosa «Happy Feet».

La película, uno de los estrenos más esperados del año, narra las aventuras del simpático oso glotón y de su pequeño amigo Boo-Boo en Jellystone Park. Allí, el guardaparques Smith, tratará de evitar que Yogui robe las cestas de picnic de los turistas. Dan Aykroyd («Los Cazafantasmas») presta su voz a Yogui, el cantante Justin Timberlake es la voz de su amigo, Boo Boo, y Christine Taylor, la de su novia, Cindy Oso.

Los orígenes

El oso Yogui fue creado por los estudios de animación de Hanna-Barbera y los episodios de sus aventuras comenzaron a emitirse en 1958 por las cadenas de Televisión Estadounidenses sindicadas. Sus aventuras se emitieron dentro del programa infantil «El show de Huckleberry Hound» conjuntamente con los episodios de Huckleberry Hound y de «Pixie, Dixie y el gato Jinks». Sin embargo la popularidad de Yogui, fue tal, que abandonó «El Show de Huckleberry Hound» y pasó a protagonizar el suyo propio.

De inmediato tuvo una proyección internacional, emitiéndose en casi todo el planeta y llegando más allá que el resto de sus compañeros.

Su popularidad siguió creciendo. Apareció en películas, especiales televisivos y libros de historietas. Además, se crearon nuevas series en las que, como protagonista, agrupaba en torno suyo al resto de personajes de Hanna-Barbera. En la Argentina, llenó muchas horas de televisión. Desde 2001, los derechos de marca de dicho personaje pasaron a ser propiedad de Cartoon Network Studios. Las transmisiones de los capítulos del oso Yogui se efectúan actualmente por el canal de televisión Boomerang.

La película busca ahora acercar a una nueva generación las venturas de este simpático y divertido oso.

El oso Yogui, en su ambiente

El oso Yogui celebra con alguna demora sus bodas de oro con un salto sin escalas desde la ingenuidad de sus primeros cortos hasta la expresión digital de vanguardia tecnológica que promete su debut cinematográfico en 3D.

El film que Warner estrenará el jueves es un nuevo esfuerzo por reproducir entre las actuales generaciones el impresionante éxito que obtuvieron en su momento las mejores creaciones animadas de William Hanna y Joseph Barbera, indiscutibles dueños del género en la TV norteamericana durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX.

Esa enorme repercusión tiene al cine como larguísima asignatura pendiente. Exitosísimas ideas televisivas como Los picapiedras y Scooby Doo estuvieron lejos de cumplir en la pantalla grande las expectativas que aún despiertan en muchos países sus andanzas televisivas. En la Argentina, sin ir más lejos, buena parte de esa galería reaparece en la programación del canal de cable Tooncast, disponible sólo en los sistemas digitales y heredero en la materia de Boomerang, hoy orientado hacia otra dirección.

Entre ellos también figura Yogui, que llegó en los años 60 a tener su propio show en la TV abierta, Las aventuras del oso Yogui . La diferencia de nombre respecto del original (Yogui Bear, ahora retomado también en el título del largometraje que estamos por conocer) puede deberse a la influencia de las revistas mexicanas de historietas muy populares cuatro décadas atrás. De México también llegaba el doblaje al que tanto nos acostumbramos y que identificó a ese oso pardo parlante, de sombrero y corbata, capaz de pararse en dos patas y, sobre todo, obsesionado por las canastas de comida de los visitantes a Jellystone, el parque nacional que le sirve de morada. Un poco menos ansioso es su eterno compañero Bubu (o Boo Boo, en el original), mucho más cándido y tierno. Detrás de ellos, resuelto a castigarlos o comprenderlos, según el caso, siempre aparece el guardaparques Smith.

La premisa se mantiene en la película dirigida por Eric Brevig (ya un veterano en el 3D), en la que Yogui y Bubu, animados digitalmente, procuran el sustento diario mientras Smith (Tom Kavanagh) y la ecologista Rachel (Anna Faris) afrontan el riesgo del cierre del parque (que cumple 100 años) a raíz de maniobras políticas.

El film, que se presentará en versiones 3D y 2D dobladas al español, hará que los nostálgicos reconozcan en el doblaje la voz que Bubu tenía en la serie de TV, algo que no ocurre en el caso de Yogui (en la versión original, las voces pertenecen a Justin Timberlake y Dan Aykroyd, respectivamente).

Realizada a un costo de 80 millones de dólares y rodada en escenarios naturales de Nueva Zelanda, El oso Yogui retoma una historia originada en 1958, cuando el personaje apareció como parte del show de Huckleberry Hound.

Precede al film un nuevo corto animado de Looney Tunes, titulado Rabid Rider , con otro celebrado regreso en tres minutos: el del Correcaminos y el Coyote.

El trazo ingenuo del personaje original, un éxito de los años 60 en la pantalla chica.

Aventuras en el bosque

Junto a su inseparable amigo Bubú, este simpático y glotón animalito deberá luchar para que el alcalde Brown no cierre el parque en el que siempre han vivido

La cartelera local se renovará esta semana con un clásico infantil que divirtió a varias generaciones y que, hasta el día de hoy, aún lo sigue haciendo. El jueves, las salas cinematográficas de La Plata y de todo el país, pondrán en sus pantallas «El Oso Yogui», un entretenido filme en 3D en el que este glotón animalito y su mejor amigo, el oso Bubú, ya no se interesarán por los pic-nics ajenos sino que tendrán que luchar para salvar a su hogar.

El parque de Jellystone está perdiendo visitantes, así que el alcalde Brown ha decidido cerrarlo y vender el terreno. Eso significa que las familias ya no podrán disfrutar de la belleza de la naturaleza al aire libre y, lo que es aún peor, que Yogui y Bubú serán expulsados del único hogar que han conocido.

Enfrentado al mayor reto de su vida, Yogui deberá demostrar que de verdad es «más inteligente que un oso promedio» uniendo sus fuerzas a las de Bubú y el agente Smith para encontrar una forma de salvar el parque del cierre definitivo.

«El Oso Yogui», una nueva aventura para niños del estudio Warner Bros., combina actores reales con animación por computadora.

«Es una película acerca de la lealtad. Al final, tus amigos son tus amigos y debes apoyarlos», aseguró Dan Aykroyd («Cazafantasmas», 1984), quien presta su voz al protagonista de esta cinta, el oso ladrón de comida del parque de Jellystone.

JUSTIN, COMO BUBU

Justin Timberlake es conocido como uno de los cantantes más deseados por las fanáticas en Estados Unidos y recientemente ha sorprendido al mundo con su actuación en la premiada cinta sobre la red social. Pero, por estos días, el multifacético artista disfruta de «haber regresado a la infancia», haciendo la voz de Bubú en esta película.

«Cuando estaba en la escuela, solía dejar mi tarea para más tarde y me quedaba viendo dibujos animados y «El Oso Yogui» era uno de mis preferidos», aseguró Timberlake, de 29 años, en una rueda de prensa en el marco de la promoción de este novedoso filme que llega esta semana a las salas locales.

«Más tarde descubrí que también mis padres crecieron con él. Verlo me hace sentir como un niño otra vez. Haberme metido en el personaje de Bubú fue volver a mi infancia», agregó.

Con casi cuatro años apartado de los estudios discográficos, Timberlake está probando suerte como actor en Hollywood, donde ha recibido buenas críticas por su papel en la película sobre Facebook, «The Social Network» y ha expresado que por ahora le interesa probar todo lo posible en la actuación.

Más listo que un oso común

Recientemente ocurrió con «Scooby Doo», de la industria Hanna-Barbera: el encontrar fiascos cinematográficos basados en dibujitos animados que son parte de la memoria televisiva de varias generaciones de niños que ya no son (ok, «somos») tales, produce —además de una bronca repentina— cierta tristeza. Lo que es triste es que le toquen a uno el recuerdo, y como ya lo han hecho, será inevitable ingresar a la sala de cine en la que se exhibirá desde el próximo jueves la esperada «El Oso Yogui» (Estados Unidos/Nueva Zelanda, 2010) con ese miedo que producía el placard a los más pequeños antes de «Monsters, Inc».. Sin embargo, con la adaptación del «cartoon» de este famoso mamífero parlanchín el temor quedará en la pochoclera.

Esta versión de «El Oso Yogui» tiene como premisa conservar en lo posible los rasgos del dibujito estrenado en 1958 como parte del show de «Huckleberry Hound», y en ese sentido hubiera sido fantástico contar con las voces de los ya fallecidos Daws Butler y Don Messick para Yogui y Boo-Boo, respectivamente, papeles que en la película interpretan el «cazafantasmas» Don Messick y Justin Timberlake (claro: sus voces no aparecen en el doblaje al castellano). El trabajo de fidelidad es logrado, sobre todo si se tiene en cuenta que es la primera producción fílmica que no recibe la asistencia de William Hanna o de Joseph Barbera, también en el eterno descanso.

El pasaje de la serie televisiva a la pantalla grande, y en 3D, es obra del director Eric Brevig, que más que por su experiencia en ese puesto (lo último que hizo fue «Viaje al centro de la Tierra») es reconocido como supervisor de efectos especiales (tarea que cumplió en «La isla», «La aldea» y «El día después de mañana», entre muchas otras), por lo que se supondrá con tino que las ilusiones ópticas son de buen cuño, más en la siempre ardua tarea de hacer lucir bien a una animación computada entre actores de carne y hueso.

El guión —poco complejo pero con varios gags efectivos— sitúa al parque Jellystone en una nueva encrucijada: las visitas son prácticamente nulas y el malvado alcalde Brown (Andrew Daly) decide cerrarlo y vender el terreno en el que, además de Yogui y Boo-Boo, vive el guardabosques Smith (Tom Cavanagh). Ellos y la blonda documentalista Rachel (la «Scary movie» Anna Faris) deben encontrar la forma de evitar que los planes del alcalde para deforestar el predio se lleven a cabo. Particularmente, Yogui se planta en el problema de hacer a un lado su enorme y relajado ego por el bien de los demás, e incluso abandona por un rato la caza de canastas de picnic con la que ingeniosamente se alimenta. Es que, como él recalca, es «más listo que un oso común».

Párrafo aparte para «Rabid Rider», el divertido cortometraje de animación tridimensional que antecede a «El Oso Yogui» y que tiene como protagonista a otra clásica pareja de los dibujos animados: Coyote y Correcaminos. En tres minutos, el film repite una fórmula en boga: de la generación de los padres con la tecnología de la de los hijos.

La tierra es de los que la defienden

Si piensa en las generaciones de ayer que pasaron del blanco y negro al color, y en la omnipresencia de las cadenas de televisión por cable de las últimas décadas, no tendrá otra que pensar que aquel que no conozca al Oso Yogi bien le cabría el rótulo de «marciano» o, lo que sería peor, de «amargo». Mundialmente famoso desde el inicio mismo de la década del ’60, Yogi se tunea para los tiempos que corren y es así que hoy llega a todos los cines cordobeses con una película en tecnología 3D que además combina la animación con actores y en locaciones reales.

Con gran despliegue, El Oso Yogi, la película se exhibirá en Cinerama, Dinosaurio R. del Busto, Dinosaurio Ruta 20, Gran Rex, Nuevocentro Hoyts, Patio Olmos Hoyts, Showcase y Sunstar Paseo Rivera Indarte.

Fin de fiesta. A medio siglo de su aparición en la televisión estadounidense, Yogi y su inseparable amigo y consejero, Bubu, saltan a la pantalla grande para protagonizar una aventura en la que deberán abandonar por un rato sus locuras y ocurrencias para cumplir con una misión casi sagrada.

«Hoy es un lindo día para un picnic» dice Yogi unos minutos antes de embarcarse en una jornada en la que todo su universo comenzará a verse amenazado. Es que víctima de la crisis, el Parque de Jellystone ya no es «negocio», por lo que la comuna decidirá su cierre para poner esos terrenos en venta (cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia, claro). Al enterarse de esta angustiante situación ambos osos deciden dejar de lado el picnic y el esquí acuático en el lago, para convocar al Guardiaparque e invitarlo a unirse a la resistencia a tan dramática decisión de las autoridades municipales.

Con toda su locura a cuestas, Yogi levanta aquí la voz para demostrar que él es mucho más inteligente que el oso promedio.

50 años. Con algunas apariciones previas en otros shows de los inolvidables Joseph Barbera y William Hanna, El Show del Oso Yogi tuvo su aparición en la televisión de los Estados Unidos, en 1961 y desde entonces se convirtió en un clásico de las tardes para millones de niños durante medio siglo. Así, el oso se sumó a una escudería que ya tenía a Huckleberry Hound y a Los Picapiedras, como para empezar a tener una idea de lo que Hanna/Barbera significa desde entonces para la cultura popular de buena parte del Planeta. También por aquellos años, el sello de este binomio también le ponía garantía de calidad a Don Gato y su Pandilla (¡el anti héroe era un policía!), Los Súper Sónicos, Maguila el Gorila y Shazzan, entre otros.

Justin. Si bien la película viene doblada al castellano para que los más chicos puedan disfrutarla, hay versiones con el idioma original en la que se destaca el sorprendente trabajo de Justin Timberlake, en la voz de Bubu.

Los ositos cariñosos

De los dibujitos animados que veíamos en la tele hasta aprenderlos casi de memoria, de tanto que lo repetían, El oso Yogui (que hasta ahora en nuestro país era con u, no como titulan al filme, que se leería Yoji ) era casi un prototipo del chanta porteño. Vago pero querendón, al estilo del Lagarto Juancho -que tenía al Sr. Horacio en el Zoológico como humano (ir)responsable; en el parque Jellystone es el guardabosque Smith-, era imposible que no nos cayera simpático.

Yogi, el oso pardo con camisa de cuello, corbatita y sombrero, que habla hasta por los codos y devora de un saque la comida de las canastas que roba a los visitantes al parque, tenía en el original de Hanna-Barbera una ingenuidad que en la actualidad mutó en parte. Lo escatológico (un poquito) gana en escena en la traslación animada, que comparte con personajes de carne y hueso. No escatimaron esfuerzos de producción: la voz de Yogi es la de Dan Aykroyd, y la de su inseparable y más prudente amiguito BuBú, de Justin Timberlake, pero eso en la versión en inglés, que aquí no se estrena.

La trama, que de alguna manera hay que llamarla y que permite que Yogi meta una y otra vez la pata, habla de la irresponsabilidad del alcalde, que como el Parque da pérdidas -se ve que el ecologismo y la vida al aire libre no atrae demasiado por la zona- decide venderle sus hectáreas a una empresa, que talará árboles y demás. El guardabosque hará lo imposible por recaudar fondos, armará una fiesta aniversario que saldrá espantosa, se enamorará de una documentalista y habrá que ver si se consigue preservar el parque.

La versión en 3D no aporta mucho a la tradicional en esta producción pensada para los chicos más pequeños, que no tienen la menor idea de que quién es Yogi, porque en los canales de cable no lo pasan, y la excusa de ser padre para llevarlos y compartir algún recuerdo es lo que nos lleva a comprar las entradas. Humor y situaciones bien básicas, que disfrutarán chicos de hasta 7 años.

El oso Yogi llega a la gran pantalla

Pasaron más de cinco décadas desde que Yogui está en el parque Jellystone (por el parque Yellowstone) y todavía sigue ahí, robando cestas de comida, engañando al guardaparque Smith y arrastrando a Bubu (Boo Boo en el original) a sus fechorías. El dibujito de William Hanna y Joseph Barbera, uno de los más populares shows de televisión desde los años 60, vuelve ahora en formato 3D y a la pantalla grande, con película propia.

Las generaciones que no llegaron a conocer a Yogui y sus debilidades (los hot dogs, los pasteles o su amigovia, la osa Cindy) podrán descubrir al oso que entretenía a sus padres en tardes de TV, ahora en relieve; y los que crecieron merendando con el oso podrán verlo de cerca, con pelo y todo, el mismo moño y sombrerito verde.

Los comienzos

Creado en 1958, al principio el personaje del oso Yogi estaba incluido en un programa de televisión («El Show de Huckleberry Hound», aquel perro azul y bastante vago de Hanna-Barbera), hasta que su popularidad le dio su propio segmento televisivo.

Cada capítulo tenía, como todo dibujito de la época, un estructura similar: Yogui es el oso que vive en un parque nacional pero está bastante domesticado, prefiere los sandwiches antes que la miel. Su objetivo: robar cestas de comida. Para eso, su compinche es Bubu y su obstáculo, el guardaparque Smith (Tom Kavanagh).

El regreso

Ahora, los estudios Warner decidieron (como lo hicieron ya con Scooby Doo o Los Picapiedras) hacer un largometraje con el popular personaje y presentarlo en sociedad. Pero esta vez, su tarea será más noble.

Ya no correrá detrás de un picnic, sino que deberá evitar que cierren el parque, que por problemas financieros y políticos está en riesgo. Para eso, no sólo contará con la ayuda de su fiel escudero Bubú, sino que deberá aliarse con el mismísimo Smith en la tarea y con la ecologista Rachel (Anna Faris).

La animación digitalizada les da a los personajes, como en Scooby Doo, aspecto de mamífero; el 3D, relieve. Los personajes humanos están interpretados por actores. Yogui, a tono con los animales de los 60 que aterrizan en el nuevo siglo (como Alvin y las ardillas) ahora baila hip hop, canta y vive escenas de acción que en los 60 le hubieran dañado la ciática.

Voces y actores

En Latinoamérica, si algo caracterizaba a Yogui (como a Don Gato y otros dibujos de Hanna y Barbera) era su voz. Durante años, el doblaje al español se hizo en México, Adolfo Arozamena puso voz a Yogui y Eugenia Avendaño, a Bubu (de ahí venía ese tono femenino y nasal del osito). Ahora, las voces originales en inglés son de Dan Aykroyd y Justin Timberlake, y en español de Octavio Rojas y Víctor Ugarte, pero no traicionan el espíritu de las voces originales.

En este caso, la empresa Hanna Barbera Productions no participó en los contenidos de la película, que está dirigida por Eric Brevig, un realizador que ya tiene experiencia en films en 3D como «Viaje al centro de la tierra» y ha trabajado en el área de efectos especiales de varios films, como «Peter Pan» y «El día después de mañana».

Otro regreso

Como breve complemento de «El oso Yogi» se exhibirá antes de la película un nuevo cortometraje animado de Looney Toons. Se trata de «Rabid Rider», con otro celebrado regreso en tres minutos: el del Correcaminos y el Coyote.

El oso Yogi llega a la pantalla grande con un film animado 3D

El film se estrenó en diciembre en Estados Unidos y hoy llega a las salas argentinas.

Esta producción estadounidense fue dirigida por Eric Brevig y contó con la participación de artistas como Dan Aykroyd, Justin Timberlake, Anna Faris, Tom Cavanagh, T.J. Miller y Nathan Corddry, por citar sólo a algunos de los actores que formaron parte de este proyecto aportando sus voces en la versión original.

La trama. El oso Yogi cuenta la historia de Rachel Johnson, una joven que se dirige al parque de Jellystone a rodar un documental y entabla amistad con el oso Yogi y su fiel amigo Bubu.

La trama se desarrolla en el parque Jellystone, un bello espacio natural que ha perdido su clientela, por lo cual el alcalde Brown decidió cerrarlo y vender el terreno. Así las cosas, las familias no podrán disfrutar nuevamente de la belleza de la naturaleza, y Yogi y Boo-Boo serán desterrados del único hogar que han tenido.

Enfrentándose a su reto más grande, Yogi –que también quiere demostrar que es más inteligente que el oso promedio– se une a Boo-Boo y al guardabosque Smith para encontrar la forma de salvar el parque y evitar que lo cierren para siempre.

Yogi y Bubu vivirá incontables aventuras con un único objetivo: tratar por todos los medios que la magia de Jellystone no sea destruida.

El antecedente. El Oso Yogi es un personaje ficticio de dibujos animados. Un oso antropomorfo y parlante, creado por los estudios de animación de Hanna Barbera, que comenzó a emitir los episodios de sus aventuras en 1958 por las cadenas de televisión estadounidenses.

Cuando Yogi anda suenan tambores, suele hablar en pareado y le gusta exclamar «¡Ey, Ey, Ey, Ey, Ey!. Disfruta de un excelente humor y cuando decide algo, no hay nada que hacer. También adora a los turistas y sus manjares. Además, tiene un compañero fiel que siempre está a su lado: Bubu, que siempre cuida que no vaya a salir lastimado de los líos en que se mete.

Sus aventuras se emitieron dentro del programa infantil El Show de Huckleberry Hound. Sin embargo la popularidad de Yogi, fue tal, que pasó a protagonizar el suyo propio. Su proyección fue internacional, emitiéndose en casi todo el mundo.

Su popularidad siguió creciendo apareciendo en películas, especiales televisivos, álbums de historietas y creándose nuevas series en las que como protagonista agrupaba en torno a él al resto de personajes de Hanna Barbera.

Desde el año 2001, los derechos de marca de dicho personaje pasaron a ser propiedad de Cartoon Network Studios.

La expectativa. En principio, la idea de renovar el interés de los espectadores por Yogi y Bubu resulta en sí misma atractiva, aunque no deja de ser un desafío difícil de superar el hecho de llevar al cine a un clásico del mundo televisivo que nació con el respaldo de Hanna Barbera.

Algunos críticos lograron apagar las expectativas de algunos cinéfilos con sus opiniones, porque presentaron la película, por ejemplo, como una comedia «insulsa» y poco creativa que no logra recuperar el espíritu del relato original.

Los fanáticos más incondicionales del Oso Yogi tal vez no encuentren en esta propuesta cinematográfica una opción digna de ser recomendada, pero si la idea es divertirse en familia e intercambiar entre distintas generaciones diversos puntos de vista sobre la personalidad y vivencias de este entrañable animal, El oso Yogi logra colmar las expectativas.

Sin embargo, es importante resaltar que El oso Yogi le permite a los más pequeños divertirse con el mismo personaje que, en otra época, dejó una huella en el corazón de sus padres y familiares más grandes.

La vuelta de un querido personaje

Es como volver a las viejas épocas de Plaza Sésamo y encontrarse con uno de los osos pardos más famosos del mundo. Es Yogi, que con su amigo BooBoo, habitaba hermosos lugares como este Parque de Jellystone y mantenía en vilo a los turistas con su afición a vaciar sus cestas con alimentos.

Desde fines de los ’50, Oso Yogi acompañó a los chicos desde la televisión, donde a partir de los ’60, siempre con la tutela de los talentosos Hanna Barbera, adquirió independencia. Así su desparpajo y tozudez comenzaron no sólo a inundar pantallas televisivas, sino los álbumes de historieta, el variado merchandising y hasta los cines, en 1964, con su primera película.

Ahora, entrado el siglo XXI, sus creadores se atreven con la tecnología 3D, pero siempre fieles a las características de sus tradicionales personajes. En esta aventura, los pobres Yogi y BooBoo pueden ser desalojados de su bosque preferido ante la ambición de un político sin escrúpulos. Pero tendrán la ayuda del guardabosque Smith al que unirán fuerzas por el bien final.

PARQUE EN VENTA

El filme está orientado a los más chicos, aunque guarda una sencilla línea argumental para que los que acompañan a los pequeños pasen un buen momento. Aquí introducen el cuidado ambiental que se choca con lo económico y que hace que el Parque de Jellystone, la patria de Yogi y su amigo, no sea rentable.

Habrá un político que quiere lucrar con los fondos de la comunidad, pero un guardabosque amante de la naturaleza y bastante honrado, con la ayuda de su amiga Rachel, Yogi y BooBoo darán un fin feliz a la historia.

Oso Yogi alterna dibujos animados y personajes en carne y hueso que interactúan, ayudados por la tecnología 3D, más una trama donde se incorpora un nuevo personaje. Se trata de un ayudante del cuidador del Parque, que ambicioso y un poco tonto es convencido por el político para que obstaculice las acciones, con promesas de futuros ascensos. Es la vuelta de tuerca para que el argumento gire y desemboque en una fiesta campestre con fuegos artificiales para recaudar fondos, que se verá empañada por el villano de turno.

Secuencias divertidas, travesuras de osos y turistas, con un buen ritmo narrativo hace que la película se vea con simpatía.

Un oso no tan delicioso

Después de 46 años de ausencia en las salas de cine, el Oso Yogi regresa a la pantalla grande con una nueva película, en este caso en una producción live action.

Este personaje de esos genios de la animación que fueron William Hanna y Joseph Barbera, debutó con su propia película animada, dirigida por estos maestros, en 1964, cuando el personaje se encontraba en su máximo pico de popularidad.

Yogi había nacido a fines de los años ’50 como un personaje secundario de la serie de Huckleberry Hound y pegó tan fuerte en el público que luego obtuvo su propio programa. La película de 1964 fue un éxito.

La nueva producción que presenta al oso desarrollado a través de la animación computada es una réplica exacta de lo que fueron las películas recientes de Alvin y las ardillas.
Es gracioso porque si prestan atención hasta los extras parecen los mismos.

Con esto me refiero a que Warner tomó el mismo modelo de los filmes de Alvin y lo trasladó al Oso Yogi. Apostaron a lo seguro.

Tom Cavanagh, de la serie «Scrub», que interpreta al famoso guardabosque Smith del parque Yellowstone, representa el mismo rol que tenía Jason Lee, en la historia de las ardillas.
Inclusive los villanos de los dos filmes se comportan y actúan de la misma manera.

Tengo que reconocer que en el cine, Yogi y Boo Boo se ven muchísimo mejor que en el trailer.
Si bien conservan en sus facciones los rasgos de caricatura, todo el pelaje que tienen los osos y sus movimientos son bastantes realistas y estuvieron muy bien hechos.

Afortunadamente en la versión que se estrena nos evita el garrón de escuchar a Justin Timberlake interpretar a Boo Boo, que es lamentable.

No figuran en los créditos el nombre de los actores que hicieron el doblaje, pero si en el caso del oso pequeño, el actor no es el mismo de la serie animada original, pega en el palo y se trata de una brillante imitación.

La película es infantil y estuvo pensada para los espectadores más chicos. Los pibes que se divirtieron con Alvin la van a pasar bien con Yogi.

Inclusive esta no tiene chistes escatológicos y los personajes no hacen cosas reprochables. En la secuela de Alvin, por ejemplo, las ardillas tiraban por una escalera mecánica a una mujer en silla de ruedas. Eran más zarpadas.

Como propuesta familiar, es una película en la que los más chicos (y me refiero a niños menores de siete años) se van a entretener.

Críticas: LaGaceta.com.ar, LaNacion.com.ar, ElDia.com.ar, LaRazon.com.ar, DiaADia.com.ar, Clarin.com, LosAndes.com.ar, ElArgentino.com, LaPrensa.com.ar, Contexto.com.ar

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noe jt

el oso yogi es genial! mucho mejor si Justin hace la voz de boo-boo!!!!!!!!!! justin es mi super cantante favorito y Kieroo ver esa peli yaaaa!!!!

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